domingo, 2 de noviembre de 2008

Ongi etorri etxera!

Como ya sabeis, en verano detuvieron a un amigo mío y lo encarcelaron. Desde la madrugada de ayer está en casa. Podía haber sido peor, al fin y al cabo, el resto no han tenido la misma suerte. Pero los meses que ha pasado en prisión, ya no se los quita nadie.

Me alegro tanto…

2 comentarios:

Toxcatl dijo...

Disculpame por esto que te voy a decir, y que seguro que hace que te subas porlas paredes. Es causa de alegria que dejen salir de la carcel a los que estan dentro pero, en su mayoría, no estan dentro por irse de copas precisamente.
Me explico, entiendo que estes contenta por que tu amigo haya vuelto a su casa, pero imagino que no habrá estado en la carcel por qeu sí que habrá un motivo y ese motivo es para preocuparse, ¿no te parece?
Te lo digo desde la optica de una persona que vive en un sitio donde no es normal que la gente acabe en la carcel sin motivo (al menos por ahora).-

Panpoxi dijo...

No me molesta lo que has escrito, cada uno tiene su opinión y todas son respetadas.

La cárcel supuestamente debe ser un lugar que favorezca la educación y la reinserción de las personas, pero en la práctica es todo lo contrario. Las labores educativas son escasas tirando a nulas, las condiciones de los presos, lamentables, las cárceles están a tope, la cantidad de droga que circula dentro es enorme, el personal destinado a labores sociales o educativas es prácticamente inexistente...

Encierran a una persona entre cuatro paredes y... y ya está, no hacen nada más. No entiendo cómo va a beneficiar esto en algo a esa persona. Simplemente la apartamos de la sociedad y hacemos lo de siempre: como no lo vemos, pues ya no está el problema. Pues el problema sigue, no desaparece porque dejemos de mirar.

Y luego están las familias. Las familias de los presos no han hecho nada, no hay necesidad de condenarles también a ellos. Son varios cada año los familiares de presos muertos en carretera al ir a visitar a los reclusos. Y, sin ponernos tan extremistas, es difícil que una familia pueda visitar a un hijo o un hermano todo lo a menudo que le gustaría si está a 800 km de él. Es caro y hace falta tiempo.

No defiendo lo que hizo mi amigo, ni tampoco comparto su ideología, pero lo que sí defiendo es que el sistema judicial es de todo menos justo. Y de nada le ha servido pasarse unos cuantos meses encarcelado. Ni a él ni a nadie.

No sé si alguna vez habeis hablado con un ex-preso. Hay una gran diferencia entre la persona que era cuando entró y la que es cuando sale. Las cosas dejan de importarle, nada tiene sentido, han acabado con una parte de él.

No me pregunteis cuál es la solución, la alternativa buena, la que solucione el problema, porque no la tengo. Si la tuviera no sería una trabajadora social de 23 años en paro.