Can you feel my heart?

He tenido una crisis este fin de semana. Bueno, en realidad empezó el jueves y se solucionó el sábado. Era una crisis totalmente paranoica, irracional, sin sentido y personal que no tenía que ver con nadie más que conmigo, pero una crisis bien gorda.

Resulta que el jueves, como casi cada día, quedé con VanHallen un ratito. Él dijo sobre sí mismo que es vago y entonces, zas, mi cerebro se disparó. (Qué fuerte, estoy superpirada.) A él no le dije nada, evidentemente, porque fue un rollo sin sentido, pero os lo cuento a vosotrxs:

En muy poco tiempo, VanHallen se me ha metido muy dentro, estamos compartiendo muchas cosas, nos estamos conociendo mucho y cuanto más tiempo pasamos juntos y cuanto más le conozco, más me convenzo a mí misma de que es muy probable que esto salga bien. Pero, de repente, dijo que era un vago y eso era algo en lo que yo no había pensado. Sí, es vago en algunas cosas, ya me había dado cuenta, pero no mucho. Bueno, el caso no es que sea o no sea vago, el caso es que pensé en el Aterrizador (un día de estos le creo a él también una etiqueta). Yo al Aterrizador le quería mucho, muchísimo, estaba enamorada de él como sé que nunca más voy a volver a estarlo, pero, así todo, sabía que lo nuestro no tenía futuro, sabía que no quería pasar mi vida con él. Me lo ocultaba a mí misma, evidentemente (ah, es que además de estar enamorada era imbécil, se me ha olvidado decirlo), pero en el fondo lo sabía. Las temporadas que convivimos, (no muy largas, un par de semanas, un mes... cosas cortitas, cuando uno de los dos se quedaba solo en casa), me desesperaba, literalmente acababa con mi paciencia. No hacía nada: dormía hasta mediodía ( o más, si le dejabas), los platos podían estar días sin fregar, era desordenadísimo comiendo ( podía comerse un litro de helado, un paquete de patatas fritas, una bolsa de maltesers... todo así, seguido, en vez de comer comida de verdad), no hacía nunca la cama, nunca ponía una lavadora, casi nunca salíamos a la calle porque le daba pereza... Dios... era terrible.

Y pensé en eso. Pensé en que VanHallen podía ser otro Aterrizador, podía llegar a ser una persona por la que yo perdería totalmente el norte, que acabara siendo el centro de mi vida, y que luego me diera cuenta de que no podría compartir mi vida con él, pero que fuera incapaz de dejarle.

***Aclaración para lectorxs: No me teneis que decir que no tengo que pensar eso, porque cada persona es diferente, o porque no sé a dónde va a llegar esta relación, o porque blablabla, que tengo que vivir el momento y no plantearme lo que venga despues. Lo sé. Sé que al pensar todo eso estaba siendo completamente irracional. También sé perfectamente como ser racional, pero yo soy irracional a ratos porque a mi cabeza le da por ahí y porque yo le dejo que lo haga.***

Así que, volviendo al tema, estaba con VanHallen, hablando sin más y me entró un agobio monumental. Pero de los gordos. De los de decir: me quiero ir a mi casa ahora mismo. Gracias a dios, como os he dicho, soy perfectamente consciente de mis irracionalidades, así que me porté bien y no dije nada. Después, ya en casa, lo pensé. Mucho. Dos días después, llegué a una conclusión, pero no sé si será acertada o no... Bueno, de todas formas, mi conclusión fue que veo demasiado factible el enamorarme de VanHallen y me aterra. Tengo un miedo atroz a volver a sentirme como me sentí cuando el Aterrizador me dejó. Nunca había vuelto a tener ese miedo, supongo que es porque, después de él, no había conocido a nadie de quien poder enamorarme. Sé que puede que no me enamore de él, o puede que sí lo haga y que sea feliz con él, o puede que me enamore, se acabe y yo no sufra ni un tercio de lo que sufrí entonces. Sé que hay infinidad de posibles alternativas, sé que no puedo pensar en eso, pero oye, mi cabeza lo piensa. Esas cosas de 'dejate llevar por el momento' no van conmigo, lo siento, me toca analizarlo todo. Cada uno somos como somos. Sólo sé que no sé qué va a pasar con él, ni cómo me voy a sentir, ni nada, pero no pienso echarlo a perder por tener miedo. Así que no me queda otra que seguir adelante para descubrir cómo acaba todo esto.